BIENVENID@S - YA PODÉS DESCARGAR EL NUEVO BONUS "El Camino Del Sol" - Twitter @Fics_Laliter - Correo: Ficslaliter123@gmail.com

domingo, 11 de marzo de 2012

Capítulo 7



Domingo, 6:45 A. M.

Lali se obligó a no mirar por última vez a Peter mientras dormía, antes de salir sigilosamente de la habitación y bajar al vestíbulo para empezar a trabajar. Horrorizada comprobó que todavía nevaba. El aeropuerto y la estación de tren continuaban cerrados y todavía se aconsejaba a la gente que no salieran a las carreteras que eran prácticamente intransitables. No tuvo ninguna duda de que Chicago sería declarado zona catastrófica al acabar el día.

Al ver a Pablo tras el mostrador se sobresaltó. Creía que ninguno de los dos tenía que hacer el turno nocturno. ¿Había habido algún cambio? ¿Había estado tan absorta en Peter que no se había enterado de las últimas instrucciones de Mariano? ¿Acaso Mariano la había estado buscando y no la había podido encontrar?
-Lali: Hey —saludó a Pablo, simulando una expresión tranquila. Si la había fastidiado, Pablo se lo diría con toda claridad— Me sorprende verte aquí.
-Pablo: No podía dormir, así que pensé venir aquí. No tengo nada mejor que hacer —Movió la cabeza apesadumbrado— La triste verdad es que no puedo dormir si no tengo abrazada a mi mujer. La he echado mucho de menos estos dos días, con ronquidos y todo.

Lali asintió comprensiva aunque se le formó un nudo en la garganta. Normalmente le gustaba oír a Pablo hablando de su vida. Esa mañana hizo que se pusiera melancólica. Echó un vistazo por la ventana. Todavía estaba oscuro, pero el cielo del amanecer permanecía iluminado por la nieve.
-Lali: No sé si podré aguantar otro día.
-Pablo: Vos y todos los demás —salió de detrás del mostrador para que Lali y él pudieran intercambiar los sitios— A propósito, ¿dónde has estado escondida?
Lali empezó a toquetear el montón de papeles del mostrador.
-Lali: ¿Qué quieres decir?
-Pablo: Quiero decir que a todos nos han asignado habitaciones y Julie me ha dicho que la compartía contigo, pero no te ha visto ni una sola vez. —Arqueó las cejas— ¿Hay algo que le quieras contar a Pablo?
-Lali: No —sintió un intenso calor en las mejillas. Así que el tiempo pasado conociendo a Peter se había cobrado su precio: ¡No se había enterado de que les hubieran asignado habitaciones! Apuntó mentalmente el decirle a Julie que se ocupara de sus propios asuntos, luego volvió la atención a Pablo sabiendo que el rubor la había traicionado— Es una larga historia. Algo que dura desde hace tiempo.
-Pablo: ¿Es uno de esos chicos de rugby, verdad?
Lali se quedó sin aliento.
-Lali: ¿Cómo lo has sabido?
-Pablo: Has dicho que dura desde hace tiempo. Esos chicos vienen cada año provocando problemas ¿Por qué has tenido que liarte con uno de ellos? Esos chicos tienen la cabeza llena de piedras y ni siquiera conservan los dientes. Si quieres un deportista, el puedo emparejarte con uno de los Bull así de rápido —Y chasqueó los dedos.
-Lali: No me he liado con uno de ellos, ¿vale? —se defendió con los ojos llenos de lágrimas— Y no me atraen los deportistas. Tenemos sexo una vez al año, ¿vale?
-Pablo: Bueno, eso es una cosa que tú y yo compartimos —bromeó mientras se desabrochaba la americana y la señalaba con un dedo advirtiéndola— Pero ten cuidado, ¿de acuerdo? Si Nugent averigua que estás teniendo un lío, te vas a encontrar fuera con el abominable hombre de las nieves —Ahogó un bostezo— Voy a intentar dormir un poco. Te veo a las tres.

Domingo, 10:00 A.M.

-Maxi: ¿Cómo va tu dolor de cabeza?
Peter ignoró la sonrisa satisfecha de la cara de Maxi cuando se sentó en una de las sillas de la habitación de su compañero de equipo. Les habían dicho que tendrían que quedarse en Chicago otro día. Lo que había empezado pareciendo una aventura —ooh!!, bloqueados por la nieve, podría ser divertido— ahora era un problema. Los jugadores casados no podían estar con sus familias y todo el mundo estaba de mal humor. Había un límite en las partidas de póquer que se podían jugar o en la televisión que se podía ver antes de volverse loco. Y no ayudaba nada el que no hubieran podido entrenarse en los últimos días.
-Peter: Me siento mejor.
-Maxi: Eso creía —agregó enigmáticamente.
-Peter: ¿Qué pasa con vos?
-Maxi: ¿Crees que soy tonto? —dijo con un bufido— Te vas del bar con dolor de cabeza y cinco minutos más tarde la recepcionista se larga y eso que acababa de llegar. Es ella con la que te has estado acostando, hermano.
-Peter: Estás loco —se mofó, pero en el fondo estaba sorprendido: nunca se habría imaginado hasta ahora que Maxi fuera tan observador— Y a todo esto donde está Vico?
-Maxi: Seguramente en la cocina. Desde que te fuiste ayer no ha dejado de perseguir a la amiga de tu chica
-Peter: No es mi chica…
-Maxi: Yo creo que es bastante obvio.
-Peter: Sí, bueno, eso pasa cuando se tiene demasiado tiempo que perder y se ve el mundo a través de vasos llenos de sangría —contestó Peter.
-Maxi: Venga, reconócelo. No se lo contare a nadie.
-Peter: No hay nada entre la recepcionista y yo —mantuvo inflexible. La tentación de hablar era muy fuerte. Todo había acabado entre Lali y él. ¿Qué importancia tendría? Pero todavía había una parte de él que quería mantenerlo en privado, no sólo por él, sino por Lali. Era algo que habían compartido, algo en lo que ella tenía derecho a opinar. No tenía derecho a hablar sin su permiso. Así que no hablaría.

Aquella mañana se había despertado como lo hacía siempre… solo. Sin embargo, esta vez había sido diferente. Solo. Final. Cuando estaba en la ducha, un pensamiento traidor lo dejó aturdido: llegar a conocerse había hecho que el sexo entre los dos fuera todavía mejor. Siempre había asumido que era el elemento de misterio el que hacía que lo que había entre ellos fuera tan excitante. Pero no era por eso. Eran ellos dos juntos, Peter y Lali. ¿Qué se suponía que tenía que hacer él con ese descubrimiento?

Maxi lo observaba con los ojos entrecerrados mientras con tres rápidos mordiscos devoraba una barra de Toblerone del minibar.
-Maxi: Entonces si vos no te la has ligado, no te importara que me la ligue yo, ¿verdad? —preguntó.
-Peter: ¿Qué te hace pensar que ella querría estar con un perdedor como vos?
-Maxi: ¿Qué te hace pensar que no querría? —le desafió.
Peter se encogió de hombros.
-Peter: Ve a por ella entonces —Fingió indiferencia, pero no quería pensar en ello ahora mismo— Cincuenta dólares a que te rechaza.
Maxi se levantó de un salto de la cama y fue hacia la puerta.
-Maxi: Ya lo veremos.

Domingo, 10:30 A.M.

-Lali: Todavía está prohibido el tránsito de pasajeros. Los aeropuertos están cerrados. Estamos bajo estado de emergencia —Si Lali tenía que repetir ese discurso una vez más, iba a empezar a cargarse a los clientes a la espalda y a llevarlos ella misma a sus destinos. La mirada de esperanza moría cada vez que alguien se acercaba al mostrador para pedirle información. Todos tenían los nervios crispados. Estaban a punto de estallar. En el vestíbulo había estallado una pelea por un periódico de hacía dos días. Cuando las luces parpadearon por los fuertes vientos, los jadeos le recordaron a Lali en cierto modo a las miradas de la gente en una película de terror. Aunque esto era real.
—Tiene que hacer algo o me tiraré delante de un camión.
Lali observó admirada a Rocío Igarzabal que se mecía de pie, hacia delante y hacia atrás, delante del mostrador. La futura esposa parecía haberse vuelto loca. A su lado, como siempre, estaba el futuro novio. Parecía pálido y con una monumental resaca.
-Lali: Señorita, hacemos todo lo que podemos por los clientes teniendo en cuenta las circunstancias y los últimos partes meteorológicos.
Rocío cayó de rodillas sollozando.
-Rochi: No lo entiende. ¡Se supone que hoy me voy a casar!
Lali salió del mostrador y se agachó a su lado.
-Lali: Siento mucho lo que está usted pasando —le dijo poniendo un brazo sobre el hombro de Rochi para consolarla. Miró hacia fuera. Parecía que había un poco menos de nieve, pero eso no quería decir que los trenes, los aviones y los coches empezaran a circular.
-Rochi: ¿Sabe cuánto dinero vamos a perder? —gimió— ¡Mi abuela Esther viene desde Boca! ¡Tiene ochenta y dos años y está durmiendo sobre una maldita camilla en el aeropuerto, alimentándose de enormes galletas de chocolate Au Bon Pain!
Esperando que la ayudara, Lali alzó los ojos para mirar al prometido de Rochi. Él le hizo señas para que ella se apartara un poco y pudieran hablar.
-Lali: ¿Sí? —murmuró.
-Gas: Siento mucho todo esto —se disculpó con mofletuda cara sonrojada por la mortificación— Sé que ya tiene usted bastantes problemas con los que lidiar sin que venga Rochi a darle más lata.
-Lali: No se preocupe. Estamos acostumbrados a tratar con problemas.
El novio pareció algo aliviado.
-Gas: Dele las gracias a su novio de mi parte cuando pueda, ¿de acuerdo?
Lali se quedó estupefacta.
-Lali: ¿Perdone?
-Gas: El deportista. Es su novio ¿no?
-Lali: No —¿Cómo podía saber ese tipo algo sobre Peter y ella?
El novio se encogió de hombros.
-Gas: Oh. Pensaba que lo era por la manera en que la defendió ayer.
-Lali: Él es sólo un cliente habitual del hotel —dijo con mucha educación, encontrando, inesperadamente, muy duro decir aquellas palabras— Nada más.
-Gas: Pues si lo ve, dele las gracias por el consejo que me dio anoche en el bar.
-Lali: ¿Qué consejo le dio? —no pudo resistirse a preguntar, aunque era algo completamente inapropiado. De todas formas, la rabieta de Rochi también era inapropiada. Así que Lali se figuró que el señor Prometido tenía alguna especie de deuda con ella.
-Gas: Un consejo romántico —contestó el novio— No resultó, pero le agradezco el tiempo que se tomó para hablar conmigo. Parece un gran tipo.
-Lali: Estoy segura de que a él le gustaría oírselo decir a usted mismo, pero si lo veo se lo diré —prometió, disimulando su sorpresa. ¿Peter daba consejos románticos? No podía ni imaginárselo. Tal vez no quisiera imaginárselo. Eso significaría admitir que Peter había estado enamorado en algún momento; en alguna parte a lo largo de su carrera había podido compaginar el rugby con una vida personal. El pensamiento le molestó y el hecho de que le molestara le molestó aún más. ¿A qué venía el preocuparse por lo que él hacía o a quién veía los otros trescientos sesenta y cuatro días del año? Además, todo había acabado entre ellos.
Volvió a prestar atención a Rochi, que había levantando los brazos hacia el cielo, suplicando:
-Rochi: ¡¿POR QUÉ YO, DIOS?! ¡¿POR QUÉ?!

Era una actuación digna de un Oscar, una que amenazaba con acabar con el buen temple de Lali. Al menos entretenía a algunos de los otros clientes del hotel que se la quedaban mirando divertidos a la vez que horrorizados.
Rochi, por fin, dejó de gimotear mirando suplicante a Lali con los ojos enrojecidos.
-Rochi: ¿Está usted segura de que no puede hacer absolutamente nada? Tengo que casarme hoy, o me moriré. Tengo que casarme.
-Lali: Estamos haciendo todo lo que podemos —repitió, sabiendo que sus palabras no la tranquilizaban. No podía esperar a que su turno hubiera terminado.

Domingo, 10:40 A.M.

—¡Eh, bella señorita! ¿Cómo le va?
Lali reconoció enseguida al hombre de cuerpo enorme y salvaje pelo castaño. Era uno de los compañeros de equipo de Peter. Al principio pensó que se dirigía a Rochi. Pero luego comprendió que le hablaba a ella. Le sonrió con cordialidad.
-Lali: ¿Puedo ayudarle, señor?
La sonrisa del hombre se hizo más íntima.
—Espero que sí —Apoyando el codo izquierdo sobre el mostrador, se puso la mano bajo la barbilla— Mi nombre es Maxi.
-Lali: Encantada de conocerle, Maxi.
-Maxi: Ya sé tu nombre —dijo él de forma insinuante.
Lali parpadeó. Lo primero que pensó fue: Peter y su enorme bocaza. Le costó unos segundos darse cuenta de que él tenía los ojos clavados en la placa identificativa.
-Lali: ¿Le puedo ayudar? —repitió.
-Maxi: ¿A qué hora sales del trabajo? —murmuró.
-Lali: A las tres —contestó con sospecha— ¿Por qué?
-Maxi: ¿Te gustaría venir a mi habitación y tomar una copa? —La voz de Maxi era zalamera hasta la exageración intentando parecer sofisticado. Lali no supo si echarse a reír como una tonta o esconderse debajo del mostrador hasta que se marchara.
-Lali: No, gracias.
-Maxi: Vamos —la aduló— ¿Qué mejor manera de pasar el rato mientras estamos todos bloqueados por la nieve? Podríamos beber algo y llegar a conocernos mejor el uno al otro —La miró de forma seductora— Te prometo que no lo lamentarás.

Lali no estaba segura de a quién quería pegar más fuerte: si a él o a Peter. No había ninguna confusión en lo que estaba insinuando. Peter le debía haber dicho a sus compañeros que estaba dispuesta a tener un revolcón, que era una mujer fácil. ¡Ese hijo de…!
-Lali: Como puede ver —contestó señalando al grupo de apenadas devotas de Oprah que se dirigían hacia el mostrador— estoy muy ocupada. ¿Hay algo más en lo que pueda ayudarle?
-Maxi: En estos momentos no —dijo— Pero si cambias de idea, estoy en el sexto piso. Habitación 662. —Y se marchó guiñándole un ojo.

Lali observó cómo se iba. Peter Lanzani era hombre muerto.

Continuará...
-----------------------------------
+20 y el siguiente ^-^

28 comentarios:

  1. maaasss aii me enncanttaaa

    ResponderEliminar
  2. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

    ResponderEliminar
  3. aaaaaaaaa quiero mas
    muy buena

    ResponderEliminar
  4. MAS NOVEEEEEEEEEEE
    QUIERO A UN PETER MUERTO DE CELOS
    MASS

    ResponderEliminar
  5. mas mas mas mas mas mas
    noveeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  6. Pobre Peter,él no hizo nada, al contrario!Pagan justos por pecadores acá,no vale,JAJA.Mentira un poco de pimienta le da más sabor a la cosa!Buenísimo!Y me imagino la desesperación de Rochi,imaginense q se van a casar y pasa eso,es un desastre o una mala señal(yo soy una loca q creo en las señales,JAJA)Espero el prox(ahora salgo un rato pero a la vuelta leo y firmo,gracias por la maratón!)

    ResponderEliminar
  7. Ay me encanta esta nove, mas noveee

    Dale firmen!!! jaja

    Mar.

    ResponderEliminar
  8. Ja ja ja ... ahora lo quiero ver a peter aunque pobre no tuvo nada q ver.... pero se le va a venir fea je! espero más!

    ResponderEliminar
  9. me encantò el capitulo!Mas noveee
    @porLali_ITALIA

    ResponderEliminar
  10. me encantò,ahora mas noveeeee

    ResponderEliminar
  11. Jajaja que risa Rochi!!! Pero tiene razòn, tiene demasiada mala suerte!!

    ResponderEliminar
  12. HOLA HOLA! queria avisarte que tengo una nove laliter y me gustaria que la leas y me digas que te parecio. UN BESO GRANDE
    pd: amo amo amo tu nove..

    ResponderEliminar
  13. jajaja pobre Peter y el todo inocente!
    Me encanto el cap!
    BESOS
    @VAGOMI

    ResponderEliminar
  14. más nove por fa, esta super buena

    ResponderEliminar
  15. Peter es hombre muerto!
    que le hará lali?

    ResponderEliminar
  16. aQUII LEYENDO RECIEN :)
    ags maxi ¬¬ y ese peter q se pone apostar -.-

    ResponderEliminar
  17. mas nove jajaja peter lanzani era un hombre muerto¡¡¡

    ResponderEliminar
  18. Vico detras d Cande,buenisimo.Pobre Peter se va a arrepentir d k Maxi lo haya descubierto,y esa apuesta k hizo ,no me gusta nada.

    ResponderEliminar
  19. jajaj, pobre peter y el q no dijo nada :(
    m,assss

    ResponderEliminar